lunes, 26 de octubre de 2015

Seres oscuros - Seres Grises

El fenómeno conocido como “la gente de las sombras” o bien los “seres de sombra” se trata de elusivas entidades que se perciben como siluetas oscuras con forma humana, en general masculinas, y que agradan de observarnos sigilosa y también inmóvilmente. Según parece, solo reaccionan con fugacidad cuando son detectadas al borde de la mirada por una persona, instante en el que desaparecen. Es esencial enfatizar en que ninguna de estas peculiaridades es constante, en tanto que asimismo se han reportado entidades de este género como seres informes o bien flexibles columnas de humo negro.

Al tiempo que ciertos aseguran que estos seres son la expresión última de la obscuridad, y en algún sentido, tal vez exageradamente sometido a los estereotipos culturales, asimismo del mal, en cambio otras personas  les atribuyen una naturaleza más bien lúdica, silenciosa, como una suerte de observadores neutrales que en su anhelo por no ser percibido juguetean con el tiempo, y el espacio con relación a la percepción humana. La verdad es que en decenas y decenas de lugares alrededor del planeta, entre personas de diferentes condiciones socioeconómicas, culturales, y sicológicas, se han reportado avistamientos de estos seres, y pese a que existen ancestrales referencias  a su presencia, según lo que parece a lo largo de la última década se han aumentado los encuentros con estos seres de las sombras.

En contraste a los avistamientos de espectros  otros espíritus, los seres de sombra siempre y en todo momento intentan sostener una discreción absoluta si bien su curiosidad los lleva por instantes a aventurarse cerca del rango de percepción natural de un humano. Por si fuera poco, su existencia no se asocia en ningún sentido a la reminiscencia de una conciencia cuyo cuerpo dejo de vivir, no se les adjudican formas presencias que relucen o bien que emiten lastimeros sonidos. En cualquier caso lo único que comparten tangiblemente con los espíritus y espectros, es el efecto que pueden provocar en una persona que testimonia su presencia: miedo, pavor, e inclusive una especie y también parálisis semitraumática.

Entre las peculiaridades primordiales de la gente de las sombras es su vertiginosa velocidad, la que hace prácticamente imposible percibirlos frontalmente. Más bien se manifiestan como figuras centellantes que normalmente son captadas en el filo del campo de visión o bien de manera espontánea percibidas, deslizándose, en la superficie de un espéculo. Por otra parte, supuestamente su presencia física puede atravesar sin inconveniente alguno la materia física lo que robustece notablemente su elusiva esencia.


Pese a que todavía no se ha conseguido explicar integralmente la existencia de estos seres, como acostumbra a acontecer en la mayor parte de los fenómenos paranormales, que continúan siglos sin ser explicados de forma contundente puesto que superan las fronteras de la razón tradicional, lo que se torna en una limitante prácticamente insuperable para el pensamiento humano, existen distintas hipótesis sobre la existencia de estas entidades.

Mas ya antes de comprobar ciertas y también estas teorías cabe descartar la relación de estas sombrías entidades con otras presencias paranormales o bien mitológicas más comunes: su comportamiento o bien origen no sostiene una correspondencia clara con seres como los traviesos pixies (pequeñas entidades propias de la mitología británica, que habitan grutas, jardines, y bosques, y dedican una buena parte de su existencia a especificar travesuras), o bien tampoco indican una sincronicidad con los elementales de la filosofía paracelsiana (manifestaciones siendo conscientes de elementos de la naturaleza que cohabitan en tiempo y espacio con los humanos mas retumbando en un plano diferente, con lo que la mayor parte de las veces continúan inapreciables).

Hay quienes aseveran que los seres de sombra no son más que encarnaciones de la energía liberada mediante pensamientos. Esta teoría asegura que de alguna forma se trata de conglomeraciones de energía psíquica de baja frecuencia que cobran vida en lugares que han sido escenario de acontecimientos traumáticos o bien en torno a personas que consiguen concentrar una cantidad notable de “malos” pensamientos. Y conforme a lo precedente, los seres de sombra se alimentan de estas bajas frecuencias como el temor, o bien la envidia.


Para otros, la gente de las sombras son entidades que proceden de otras dimensiones que, por algún singular fenómeno energético acaban por solaparse con la nuestra. En este sentido son seres desconcertados que ignoran como desenvolverse en nuestro plano y de ahí que se dedican a observar o bien a espiarnos, para comprender como es que deben portarse mientras que no sean capaces de desembrollar  las fusiones dimensionales que los han insertado en nuestro plano. Esta hipótesis niega una naturaleza maligna de estas entidades y más bien les adjudica una confusión interdimensional.

Por otra parte la explicación más usual, aquella totalmente dependiente de los postulados tradicionales de la razón, y la que no solo es la más hastiada sino asimismo pudiera ser la más limitada (si bien no por esta razón hubiese de ser descartada por default), realmente este fenómeno no corresponde más que a entre los múltiples efectos ópticos a los que esta sometido nuestro sentido de la vista. En lo que se refiere a la versión más arriesgada de la perspectiva tradicional, se charla de la repercusión de determinados sitios o bien personas con cargas electromagnéticas particulares, que pueden influir en los circuitos eléctricos de nuestro cerebro y también inducir alucinaciones (recordemos que el magnetismo de fenómenos naturales puede marchar como inductor de alucinaciones) ciertas cuales, quizás en asociación con determinados bits de nuestro inconsciente, pueden traducirse en la aparente presencia de seres de sombra.

Quizá el mayor razonamiento para desechar la explicación científica o bien racional de este fenómeno, podría ser el hecho de que decenas y decenas de reportes coinciden en presenciar una misma figura o bien entidad, como es el caso de un “hombre alto con un sombrero” que ha sido observado por pequeños y adultos de diferentes países. Si bien hay que reconocer que esto bien podría contestar a la repercusión de arquetipos que modelan la percepción de los individuos.

Mas en resumen, alén de la plausible o bien desvariada presencia de estos sere de sombra, la verdad es que el meditar un tanto en ellos, o bien mejor todavía el observarlos de cuando en cuando, resulta en un ejercicio existencialmente terapéutico que desencadena otras medites útiles en torno a nuestra percepción, a la naturaleza absoluta o bien, al contrario relativa, de nuestra realidad, y a la conciencia de que no estamos solos, de que nuestros pensamientos realmente, y de forma palpable, se materializan, y que si a nivel científico se ha confirmado la existencia de múltiples dimensiones, e incluso de múltiples universos, asimismo hubiésemos de estar abiertos a la posibilidad de que algunas veces  dialoguen saltándose las fronteras que los acotan, y que esta interacción indudablemente lanzará “anormalidades” que alén de infundirnos miedo o bien confusión, deberían aceptarse como inspiradoras pinceladas que son parte, de la misma manera que , de un diseño divino.